Gracias al magnífico trabajo de la editorial Cobel, puedo ofreceros desde hoy, con casi dos semanas de adelanto sobre la fecha prevista, el libro «Cristo en su pasión».
Muchos años de oración, y un año de trabajo para plasmar en palabras cuanto he podido de esa oración. Ésa ha sido la pequeña parte que yo he procurado aportar en el libro que ahora os presento. Confío en que Dios haya hecho el resto, y con esa confianza, además de la que tengo depositada en que pueda alumbrar claridades en las almas a través de esta obra, os ofrezco « Cristo en su pasión ».
Si deseáis adquirir la versión impresa, podéis hacerlo desde este enlace. También podéis adquirir la edición en formato epub de la iBookstore de Apple -o descargar un adelanto gratuito de 20 páginas- desde aquí. La versión electrónica para otros soportes está disponible en Amazon.
De momento, os dejo con la introducción del libro, y os invito a leerlo entero durante la próxima Cuaresma.
INTRODUCCIÓN
Se ha dicho algunas veces que los evangelios no son sino relatos de la Pasión de Cristo con un prólogo más o menos largo. Cualquiera que haya entrado en la meditación sosegada y fervorosa de las horas que median entre la noche del Jueves Santo y la media tarde del Viernes entenderá que esas narraciones no constituyen un mero «desenlace» de los evangelios, a modo de capítulos finales. Más bien, esas horas terribles y dramáticas son el foco central donde confluyen y cobran sentido todos los episodios de la vida de Cristo, desde su nacimiento en Belén hasta su triunfal entrada en Jerusalén a lomos de un pollino. No sólo eso: la Escritura entera desvela sus luces más profundas a la luz de cuanto sucedió en el Gólgota. Podría decirse que la misma Biblia no es sino un prólogo a los relatos de la Pasión. Si acudimos a san Pablo, aún nos atreveremos a ir más allá: la Creación entera, hombres y animales, vientos y nubes, los astros, los planetas y sus satélites… Todo confluye en la Cruz de Cristo. Esa Cruz es el centro del Cosmos.
No se puede ser realmente cristiano sin sumergirse en esas sagradas horas, bañarse en ellas y dejar que penetren en los pliegues más secretos de la vida. Es preciso meditarlas despacio, llorar con ellas, adentrarse en cada latido del corazón de Cristo y en cada una de sus lágrimas hasta llegar a tocar el Amor de Dios. Porque ha sido allí, en el Calvario, donde todo el Amor de Dios se ha derramado sobre los hombres.
Las páginas que siguen han brotado de mi oración personal. Son mis soledades ante Cristo crucificado las que están plasmadas en este libro. Al ponerlas por escrito y ofrecerlas a quien quiera tomar parte en ellas, me sitúo en el papel de quien se ha adentrado en una cueva y narra cuanto en ella ve. No puedo suplir la oración personal del lector. Simplemente, trato de animarlo, con mi narración, a que él también entre sin miedo y se sitúe ante ese Jesús paciente que ha ofrecido su vida por cada uno de nosotros. Por eso le pido a Dios que quien lea este libro no se conforme con conocer mi relato, sino que se sienta animado a adentrarse personalmente en esta noche y alcanzar su propia intimidad con Cristo junto a la Cruz.
El ritmo del libro adopta la propia cadencia de los sucesos que relata. En sus comienzos, que se sitúan en la Última Cena y en las palabras que Jesús pronunció como despedida de los suyos, dedico más espacio a la meditación del discurso del Señor. Conforme Jesús se adentra en la noche y camina entre padecimientos y angustias, su voz se irá apagando, y por eso el relato irá siendo menos discursivo y más narrativo, hasta llegar a asemejarse a una narración «novelada». He introducido algunos elementos y personajes no históricos; espero que el lector sabrá comprenderlo. Cuando uno trata de vivir en oración la Pasión de Cristo, la imaginación juega un papel esencial a la hora de atar cabos, y deja de ser la «loca de la casa» para convertirse en sierva de la contemplación. No pretendo afirmar que esos personajes hayan existido, ni que las cosas se hayan desarrollado exactamente así. Simplemente, ofrezco esos detalles de mi oración porque me han sido útiles a la hora de entender cuanto sucedió.
Es hora de comenzar el camino. Como última recomendación antes de partir, permítame el lector que le aconseje leer las páginas que siguen habiendo realizado un acto de presencia de Dios. Lo que está escrito en oración sólo puede entenderse correctamente si se lee también en oración.
Descargar índice del libro
José-Fernando Rey Ballesteros, pbro.
(Introducción del libro « Cristo en su pasión »)