Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que deseáis, y lo conseguiréis (Jn 15, 7). Pero lo cierto es que, cuando el alma paladea un día tras otro las palabras del Señor, cada vez se desean menos cosas, hasta que sólo se desea una: al propio Dios. Y, ante ese deseo, el Señor no se resiste, y se entrega por completo.
No tienen otro propósito estas páginas que el ayudarte a saborear, cada día, las palabras del Señor. Se trata, como en años anteriores, de una selección de comentarios tomados del blog Espiritualidad Digital, y orientados a facilitar la oración de quienes vivimos en medio del mundo, y nos movemos al ritmo que el mundo se mueve. Por ello son comentarios breves, centrados en lo esencial, como una llamada a la contemplación que se prolongue durante toda la jornada. Que también quienes pasamos el día en movimiento podemos, y debemos, ser contemplativos.
Este año he añadido, al final del libro, un último capítulo con un sencillo devocionario. Se trata, principalmente, de oraciones relacionadas con la liturgia: preparación a la misa y acción de gracias, oraciones a la Trinidad y a la Virgen, etc. Se trata de un sencillo complemento que espero sea de utilidad.
Adelanto este año la promoción a octubre, porque la editorial Cobel está realizando una magnífica labor con la edición en papel de este libro, y ha lanzado una oferta que os beneficiará a muchos. Quienes adquiráis más de trescientos ejemplares podréis hacerlo al precio de 2,49€. Por eso, sí tenéis pensado distribuir este pequeño libro en vuestra parroquia, vuestro centro catequético, o vuestro colegio, tenéis aquí una espléndida ocasión. Podéis consultar toda la información en este enlace.
En cuanto a la edición digital, continúa, como en años anteriores, al precio de 0,99€, y está disponible en las plataformas de iTunes y Amazon.
Espero que estas páginas puedan acompañaros y ayudaros durante todo 2018. Sobre todo, espero que os abran caminos hacia Cristo. Tened por seguro que cuanto en ellas hay escrito, antes que a vosotros, me ha ayudado a mí.
José-Fernando Rey Ballesteros, pbro.